outubro 11, 2010

Reciprocidade ou dar e receber..

“Todas las cosas son sirvientes delante del Trono de Di-s. Porque, como declararon los sabios, no fue con una sola palabra creadora con la que el Todopoderoso convocó a la existencia a todas las cosas - ya sea al Universo o al individuo - a fin de que cada una de ellas dependiera inmediata y exclusivamente en Su magnanimidad para su existencia y actividad.
Por el contrario, fue a través de una serie progresiva de diez procesos que Di-s llamó a Su mundo a la existencia, creando una abundancia de fuerzas y ocasionando que cada una de ellas penetrara en las demás y obrara en cooperación estrecha con ellas, de acuerdo con Su voluntad, uniendo y separándolas de modo tal que cada una coadyuvara al mantenimiento de la otra; ninguna de ellas debiera concentrar en sí misma las condiciones de existencia y actividad, sino que las recibiera de sus compañeras del sistema en la Creación, e impartiéndoles a su vez los requisitos para la vida y el trabajo”.
Di-s, en Su infinita Sabiduría decretó esta interdependencia mutua con el objetivo de que cada ser individual pudiera contribuir, mucho o poco, al mantenimiento de todo el conjunto. Es así como, por ejemplo, el agua, habiendo penetrado dentro de la tierra, es nuevamente recogida en nubes y mares; la luz, después de haber atravesado la atmósfera terrestre y contribuido a hacer brotar plantas sobre la tierra, se concentra de nuevo en el sol, la luna y las estrellas; los minerales y nutrientes generados en la tierra, son llevados del suelo y depositados en el seno de los frutos maduros a fin de que la tierra los reciba y absorba y pueda así producir de nuevo. Una glorificante cadena de amor, de dar y recibir, unifica a todos los seres vivos.
Todas las cosas existen inmersas en una continua actividad recíproca... el Uno para el Todo, el Todo para el Uno. Ningún ente tiene poder o medios por sí mismo; cada uno recibe sólo para dar, y da a su vez para recibir, descubriendo por este intermedio el propósito de su existencia: el Ser Divino. “El amor”, nos enseñaron nuestros sabios, “que sostiene y es sostenido a su vez: éste es el carácter del universo”.
- Selección extraída de “Luz para las Naciones” por Rabi Yoel Schwartz, Yeshiva Dvar Yerushalayim -

(Gentileza de www.tora.org.ar)


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